Manifiesto
de francmasones regulares españoles
(14 de mayo de 2006)
(Fuente:
© Rodríguez,
P. (2006). Masonería
al descubierto. Barcelona: © Temas
de Hoy, Anexo nº 6, pp.457-460)
MANIFIESTO
DE FRANCMASONES
REGULARES ESPAÑOLES
La Masonería
Regular Española en su aparición social a partir de
la democratización del Estado Español, tras finalizar
el antiguo régimen en 1975, está obligada a retomar,
de forma perentoria, desde su tradición e historia, su compromiso
con la sociedad en la que se interrelaciona. Para ello debe meditar
sobre el camino andado, perfeccionar su trabajo, acomodarse a su
devenir histórico y a su medio geográfico, definiendo
la personalidad que le es potestativa.
En la gran dificultad
de su actualización han influido diferentes factores, entre
los que destacan aquellos derivados de una falta de cultura democrática,
que durante décadas afectó al pueblo español.
No solamente
le afectó en su inicio (bajo la Ley de Asociaciones de 1963)
sino en toda su andadura; al día de hoy todavía no
se ha adecuado a la actual Ley de Asociaciones (L. O. 1/2002) y
a la Constitución Española, leyes que todo Hombre
de Bien, Francmasón o profano debe cumplir y acatar.
La Masonería
Regular Española, representada por la G.L.E., tiene vocación
universal y se siente muy orgullosa de que en su ámbito territorial
florezcan Logias de Hermanos que, procedentes de muchos países,
tienen incluso la posibilidad de trabajar en sus lenguas vernáculas.
Entre los Landmarks
de la Masonería Regular se recoge un principio que no puede
ser alterado: la obligación de todo Francmasón de
someterse a las Leyes y Reglamentos del país donde reside.
Y por lo tanto, todo Francmasón originario de cualquier país
y procedente de cualquier Potencia Masónica Regular, al trabajar
en una Logia ubicada en el Estado Español, se encuentra sujeto
a la normativa propia que emana de la G.L.E. al igual que ocurre
con los españoles Afiliados en Logias extranjeras.
Para cumplir
con estas Leyes, es necesario acomodar nuestra Constitución
y Reglamentos Generales a la Ley de Asociaciones, vigente en la
actualidad. Esta adaptación no fue posible pese a que se
pretendió, como único punto del Orden del Día,
en la Gran Asamblea Extraordinaria de Junio de 2003.
Ante la insidiosa
e ignorante definición, usada de manera interesada por algunos,
de que existe una Ley Masónica y una Ley Profana, declaramos
que en el mismo momento en que es condición indispensable
y necesaria para pertenecer a la Masonería Regular, y concretamente
a la Gran Logia de España, el juramento de cumplir con las
Leyes legítimas del país donde residimos, significa
que la Masonería asume como propias esas Leyes y las convierte
en Ley Masónica, de tal manera que quien conculca la Ley
que ha jurado cumplir está conculcando la Ley Masónica.
No habiéndose
adaptado todavía la Constitución y los Reglamentos
Generales internos, estamos incurriendo en un fraude de ley cuando
al Aprendiz, en su Iniciación, el Venerable Maestro le dice:
«Os puedo dar la seguridad de que estas Leyes no son contrarias
en nada a las del Estado» exigiéndole jurar o prometer
el cumplimiento de algo que en realidad no puede cumplir.
Pero además,
toda actuación masónica debe acomodarse, no solo al
Ordenamiento Jurídico del país, sino también
a los Usos y Costumbres de la Francmasonería Regular Universal.
Declaramos que ésta es un exponente de los ideales del librepensamiento,
tolerancia, concordia, solidaridad, laicismo, etc., y, por lo tanto,
es un espacio de la sociedad, abierto al conocimiento y a sus avances
en el progreso de la humanidad.
La Masonería
Regular es, por definición, una sociedad iniciática,
de estructura democrática pero jerarquizada, que se ofrece
como una escuela de formación de sus miembros. Infunde en
éstos sus principios filosóficos y un método
de valores. El ideal de hombre que la Masonería forma debe
atesorar, como identidad propia, amor a la sabiduría, rectitud
moral y pasión por la libertad.
Por ello, manifestamos
que estos Principios deben quedar claramente definidos en nuestra
Constitución y Reglamentos Generales, actuando de acuerdo
con los mismos, sin privilegios ni cortapisas evitando que, fidelidades
mal entendidas, puedan ser promovidas y aprovechadas sin escrúpulos
por quienes, en conciencia, no confían en la Democracia y
no creen en los PRINCIPIOS E IDEALES MASÓNICOS, porque si
así fuera, no se abandonarían a esas practicas espurias
y criticables. Circunstancia insólita que no tiene antecedentes
en la Masonería Regular Universal.
Desde la preocupación
masónica convocamos a todos los Hermanos, a cada uno en su
Grado, Condición y Responsabilidad, para actuar desde la
fortaleza y la generosidad, en consonancia con el compromiso masónico
de garantizar la Regularidad, el vigor y el trazado del futuro de
nuestra Orden Francmasónica española, que sintetizamos
en:
- Afirmación
y recuperación de la identidad y potencia soberana de la
G.L.E. como exponente de la Francmasonería Regular Española.
- Adaptación de la Constitución y Reglamentos Generales
a la legalidad normativa del Reino de España.
- Derecho inalienable de todo Francmasón de la G.L.E., miembro
de pleno derecho, a estar representado, con todas las consecuencias
y prerrogativas, en la Gran Logia de España, tal y como proclama
la vigente legislación española.
- Derecho a la libertad de expresión y de opinión,
sin que el ejercicio de las mismas, limitado por el respeto a las
leyes y a los demás, acarree represalias o sanciones arbitrarias
e injustificadas.
- Profundización en los valores éticos, del librepensamiento
y del laicismo, tan queridos por los Francmasones, que impiden el
uso del Oficio que se ostente dentro de la Francmasonería
para lucro personal e intereses propios.
- Ejercicio permanente de austeridad y honorabilidad en el manejo
de los asuntos económicos de la Obediencia y del Tesoro del
Pueblo Masónico de España.
- Respeto escrupuloso a las Leyes Masónicas y Civiles, que
todo Francmasón jura cumplir, así como a los derechos
que asisten a todo Francmasón, sin que nunca puedan ser atropellados
por el uso caprichoso de la potestad de quien ostente un Oficio
masónico, por muy alta que sea su jerarquía.
- Profundización en los valores que garantizan la libertad
de conciencia y creencia de todos los ciudadanos, profundizando
en los valores del laicismo que para un Francmasón regular
tiene como límite la creencia en el GADU.
- Compromiso activo de los Francmasones Regulares, con los valores
que inspiran un Estado libre, aconfesional y democrático.
- Compromiso activo de la Masonería Regular Española
con la sociedad ante los retos que el siglo XXI presenta ante nosotros,
en sus diversos aspectos, políticos, económicos, de
justicia social, medioambiental, globalización, etc.
Son unas reflexiones, debidamente sopesadas, que conllevan exigencias
ineludibles que como Francmasones Regulares Españoles planteamos
ante el Pueblo Masónico y, en especial, a todos aquellos
que, por razones de su Oficio, han jurado LEALTAD A LA FRANCMASONERÍA
REGULAR ESPAÑOLA, y que exigen de forma urgente actuaciones
concretas:
1.- Adaptación de la actual Constitución y Reglamentos
de la Gran Logia, cuya actual normativa emana de la antigua ley
franquista de asociaciones de 1963, a la vigente Ley de Asociaciones
del Estado Español, (ley Orgánica 1/2002) y al artículo
22 de la Constitución Española, que reconocen y amparan
el derecho de todo Francmasón a ser elector de sus órganos
de gobierno.
2.- Que este proceso de adaptación se lleve a cabo con las
máximas garantías y celeridad, por lo que proponemos
la creación de una GRAN COMISIÓN ASESORA REPRESENTATIVA
de las diversas sensibilidades existentes en la GLE.
3.- Ello debe conllevar por parte de las Autoridades Masónicas
la aceptación de un compromiso formal ante el Pueblo Masónico
español de que durante este proceso de adaptación
no se realizarán más actuaciones que las derivadas
de la gestión administrativa y económica cotidiana.
Mayo de 6006 (A. V. L.)
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