Dimite
el arzobispo de Boston por los escándalos sexuales
Fuente:
El Mundo, Madrid, 13-12-2002
Julio A. Parrado
Nueva York
Dimite el
arzobispo de Boston por los escándalos sexuales
El cardenal
Bernard Law, el líder católico más influyente
de Estados Unidos, estaba implicado en el encubrimiento de sacerdotes
pederastas
JULIO A. PARRADO
Corresponsal
NUEVA YORK.-
Casi un año después de estallar de forma masiva, los
escándalos de pederastia de la Iglesia católica de
Estados Unidos han terminado sacudiendo al Vaticano. Al Papa no
le quedó ayer más remedio que reconocer la gravedad
de las acusaciones y aceptar la resignación del cardenal
Bernard Law como arzobispo de Boston.
Law, quizá el líder católico más influyente
en Estados Unidos y considerado un posible papable, se encontraba
en el centro de numerosos casos en los que su diócesis había
protegido a sacerdotes involucrados en abusos sexuales de todo tipo.
«A todos los que habéis sufrido por mis insuficiencias
y errores, os pido disculpas y os ruego perdón», señaló
Law en un comunicado hecho público al día siguiente
de entrevistarse, en Roma, con Juan Pablo II. «La particular
circunstancia de este momento sugiere una despedida discreta. Por
favor, tenedme en vuestras plegarias», pidió Law.
Su renuncia como jefe de la cuarta congregación del país
(2,1 millones de fieles) no afecta a su posición de cardenal,
ya que ésta es vitalicia. Law conserva también, hasta
los 80 años, sus derechos electorales. El Papa, que según
sus portavoces se encontraba ayer «profundamente entristecido»,
nombró temporalmente como administrador apostólico
de Boston a Richard Gerard Lennon, prelado auxiliar de la archidiócesis.
La posición del cardenal se había hecho especialmente
insostenible en las últimas semanas. Más de 25,000
fieles le exigieron la semana pasada su renuncia y, este mismo lunes,
58 sacerdotes de Boston reclamaron también que dejase su
puesto.
Law había perdido también la confianza de sus colegas
obispos, mucho de los cuales lo criticaron abiertamente durante
la conferencia de Dallas, en junio.
Guardar apariencias
El papel de Law como artífice de una política de secretismo
y encubrimiento se hizo evidente en decenas de documentos obtenidos
por un juez y hechos públicos por los abogados de las víctimas
de abusos. En ellos quedaba claro cómo Law estaba más
preocupado por guardar las apariencias y evitar el escándalo
que por aclarar las denunciag y asistir a las víctimas. Durante
años, trasladó discretamente a otras parroquias del
país a sacerdotes con un historial de abusos y readmitió
en su diócesis a curas pederastas sometidos a cuestionables
procesos de rehabilitación.
La diócesis se enfrenta actualmente a 450 demandas y es la
que tiene un mayor número de sacerdotes citados en acciones
judiciales, 61, muy por encima de Los Angeles o Nueva York. El propio
Bernard Law recibió el pasado jueves una citación
para declarar ante un Gran Jurado en uno de los casos.
En su carta de dimisión, Law mostraba ayer su esperanza de
que su decisión «pueda al saneamiento, la reconciliación
y la unidad que son tan desesperadamente necesarias».
Sin embargo, los 12 meses transcurridos desde que saltaron a la
luz los casos han hecho un gran daño en la moral y en las
arcas de la congregación.
Las compensaciones a las víctimas pueden superar varias decenas
de millones y la crisis de confianza entre los fieles ha provocado
una caída de los donativos.
Informes de prensa aseguraban recientemente que la diócesis
de Boston, propietaria de un rico capital inmobiliario, se había
planteado suspender pagos.
El caso Law había cobrado tal relevancia en Boston que los
diarios locales realizaron ayer ediciones vespertinas especiales.
Para más
información acerca de la conducta encubridora del cardenal
Law sobre cientos de delitos sexuales cometidos por sacerdotes de
su diócesis, y para conocer a fondo la política de
encubrimiento sistemático del clero delincuente sexual que
practican los prelados de todo el mundo por mandato del Papa y de
la legislación eclesiástica, puede consultarse el
libro del autor de este web:
Rodríguez,
P. (2002). Pederastia
en la Iglesia católica. Barcelona: © Ediciones
B.
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