Obispos
y cardenales católicos dimitidos a causa de asuntos sexuales y delitos
de pedofilia (1990-2002)
(Fuente:
© Rodríguez,
P. (2002). Pederastia
en la Iglesia católica. Barcelona: © Ediciones
B, Cap. 4: El encubrimiento de los abusos sexuales a menores
como práctica cotidiana en las diócesis católicas;
pp. 106-110)
Sirva recordar
sucintamente algunos casos notables que han protagonizado diferentes
prelados durante la última década y de los que se
trata en el libro citado:
Los nombres
y elementos de identificación de los prelados que se citan
en el libro mencionado, y de cuyas conductas se tiene documentación
más que sobrada, han sido autocensurados en este web
(pero siguen y seguirán figurando en su texto original, el
libro Pederastia en la Iglesia católica).
-- A. P., arzobispo de la diócesis de xxxxxxxxx (Canadá),
dimitió, en julio de 1990, por haber encubierto decenas de
delitos sexuales cometidos contra unos 50 menores por más
de una veintena de sacerdotes de su diócesis.
-- H. P. O'C., obispo de xxxxxxxxx(Canadá), en febrero de
1991, fue formalmente acusado por la Policía de haber violado
a varias mujeres y de cometer asaltos obscenos contra varias otras.
-- E. C., obispo de xxxxxxxxx (Irlanda), dimitió, en mayo
de 1992, tras conocerse que era padre de un adolescente y que de
los fondos de la diócesis había pagado a la madre,
en 1990, unos doce millones de pesetas "para gastos".
-- R. B., obispo de xxxxxxxxx (Holanda), fue forzado a presentar
su dimisión, en marzo de 1993, tras ser acusado de "homosexual".
-- H. V., obispo de xxxxxxxxx (Suiza), dimitió de su cargo,
en junio de 1995, debido a que estaba esperando un hijo de su amante.
-- R. W., obispo de la diócesis de xxxxxxxxx (Escocia), dimitió,
en septiembre de 1996, tras haber protagonizado una ruidosa fuga
con una atractiva feligresa.
-- H. H. G., cardenal y arzobispo de xxxxxxxxx (Austria) y presidente
de la xxxxxxxxx austriaca, fue forzado a dimitir de todos su cargos,
en abril de 1998, tras ser acusado, en 1995, de cometer una diversidad
de delitos sexuales contra menores, por una decena de antiguos seminaristas
de los que fue confesor..
-- J. A. W., arzobispo de xxxxxxxxx (Irlanda), fue sustituido al
frente de su diócesis, por el Vaticano, en diciembre de 2000,
por la presión social desencadenada por haber encubierto
a dos curas pedófilos de su diócesis que acabaron
encarcelados, aunque la causa oficial para dejar su puesto fue la
convalecencia de una trombosis.
-- P. P., obispo de la diócesis francesa de xxxxxxxxx, fue
condenado, en septiembre de 2001, a tres meses de prisión
por haber encubierto a un sacerdote pederasta.
-- A. J. O'C., obispo de xxxxxxxxx (Estados Unidos), dimitió
en marzo de 2002 tras admitir haber abusado de dos seminaristas;
con uno de ellos, a finales de la década de los setenta,
se había metido en la cama, desnudo, cuando el joven acudió
a él para pedirle consejo pastoral. O'C. reconoció
que su diócesis pagó a su víctima, en 1976,
la suma de 125.000 dólares para ocultar los hechos (que incluían
los tocamientos de O'C. y los abusos sexuales de otros dos sacerdotes).
"Ninguna de las personas que me nombró para este cargo
lo sabía. Aunque siempre supe que estaba en mi pasado, no
lo reconocí", dijo el obispo.
-- J. K. S., el obispo anterior de xxxxxxxxx al que O'C. tuvo que
sustituir en 1999, también debió dimitir tras verse
obligado a admitir que había abusado de cinco monaguillos
durante las décadas de los años 1950 y 1960.
-- J. P., arzobispo de xxxxxxxxx (Polonia), renunció al cargo,
en marzo de 2002, tras haber sido acusado de cometer abusos sexuales
sobre decenas de seminaristas.
-- B. C., obispo de la diócesis irlandesa de xxxxxxxxx, dimitió
en abril de 2002, al hacerse público que encubrió
los delitos sexuales que uno de sus sacerdotes cometió sobre
varios menores.
-- F. E., obispo auxiliar de la diócesis alemana de xxxxxxxxx,
renunció a su cargo, en abril de 2002, a consecuencia de
la denuncia presentada por la catedrática A. B.-S., en septiembre
de 2000, acusando al prelado por abuso sexual y daños corporales.
Fue la primera vez que la justicia alemana investigó a un
obispo y, aunque el proceso fue sobreseído por el tribunal
de xxxxxxxxx, en noviembre de 2001, por falta de pruebas, el obispado
tuvo que reconocer que entre la denunciante y el obispo hubo "contacto
corporal", quedando sin aclarar todo un trasfondo de otras
posibles relaciones sexuales.
-- R. W., arzobispo de xxxxxxxxx, solicitó al Vaticano, en
mayo de 2002, que aceptase su jubilación anticipada tras
saltar a la luz que compensó con 450.000 dólares a
un ex amante adulto que le acusaba de violación.
-- J. W., obispo de xxxxxxxxx (Estados Unidos), renunció
en junio de 2002 tras ser acusado por uno de sus antiguos monaguillos,
J. B., un joven de 33 años, que acusó al obispo W.
de haber abusado sexualmente de él hace 21 años, cuando
fue su ayudante en una parroquia; al parecer no fue su única
víctima, ya que otras 90 denuncias de otras tantas víctimas
incidieron en lo mismo.
-- J. McC., obispo auxiliar en la archidiócesis de xxxxxxxxx
(Estados Unidos), dimitió de sus cargos en junio 2002 tras
reconocer haber mantenido relaciones sexuales con varias mujeres,
que en este caso eran todas mayores de edad.
-- G. P., arzobispo de xxxxxxxxx (Australia), renunció temporalmente
a su cargo en agosto de 2002 tras ser acusado de haber abusado sexualmente
de un menor de 12 años en 1961. Tres meses antes, en junio
de 2002, varios feligreses le habían acusado de encubrir
delitos sexuales del clero, cuando fue obispo auxiliar en xxxxxxxxx,
en 1993, ofreciendo dinero a las víctimas a cambio de silencio.
-- E. S., arzobispo de xxxxxxxxx (Argentina), fue procesado judicialmente
en agosto de 2002 acusado de haber abusado sexualmente de al menos
una cincuentena de jovencitos, todos ellos seminaristas. El Vaticano
le investigó por esta misma conducta en 1994, pero silenció
su expediente. En el momento de cerrar la edición de este
libro, a principios de septiembre de 2002, en el Vaticano se había
adoptado la decisión de removerlo de su cargo, pero todavía
no la había materializado. Nota: S. fue removido de su cargo
en octubre de 2002.
-- F. J. C.,
ex arzobispo de xxxxxxxxx (Chile), fue recluido de por vida en un
monasterio en noviembre de 2002 por "comportamiento impropio
con niños varones". Los abusos sexuales a menores cometidos
por este prelado se produjeron a lo largo de muchos años,
pero sólo ahora la Iglesia tomó cartas en el asunto.
La comunidad a la que pertenece el prelado, la de Sh., le examinó
y le encontró "no apto psiquicamente para la función
pastoral".
-- B. L., arzobispo
de xxxxxxxxx (Estados Unidos), fue finalmente "dimitido"
en diciembre de 2002, más de un año después
de que en su archidiócesis estallasen cientos de casos de
delitos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes y encubiertos
por el cardenal L. con plena conciencia y voluntad de proteger a
los delincuentes con desprecio de sus víctimas. De todos
los casos conocidos hasta la fecha, este cardenal es el que mayor
número de delitos ha encubierto y ha propiciado (buena parte
de los sacerdotes que encubrió volvieron a delinquir en numerosas
ocasiones, cosa que pudieron hacer gracias a la protección
continuada que les facilitó el cardenal). Al igual que sus
colegas, prelados delincuentes sexuales por acción (agresores
ellos mismos) o por omisión (encubridores y cómplices),
L. tampoco ha sido juzgado por un comportamiento delictivo que ha
protagonizado durante décadas. Sigue contando con la protección
del Papa.
Estos casos,
citados en el libro de referencia, que podrían incrementarse
notablemente con sólo realizar una búsqueda en bases
de datos internacionales, comprenden una buena representación
de las conductas relacionadas con la sexualidad, delictiva o no,
protagonizadas por prelados católicos. Sin duda los casos
apuntados constituyen una minoría entre el total de prelados,
cierto, pero también lo es que éstos son unos pocos
casos que han trascendido a la luz pública. Cualquiera que
conozca a fondo este ámbito podría citar no menos
de una treintena de casos parecidos que todavía no han aflorado
al conocimiento público (aunque sí son bien conocidos
entre los especialistas), pero no tiene especial interés
hacer tal cosa. Dice el dicho popular que para muestra, basta un
botón.
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